Luz: Necesita mucha luz brillante, pero indirecta. Evita la luz solar directa, especialmente durante las horas más calurosas del día.
Riego: Riega con moderación durante el período de crecimiento activo (otoño e invierno), permitiendo que el sustrato se seque completamente entre riegos. En verano, reduce el riego al mínimo.
Sustrato: Utiliza un sustrato bien drenado, con un alto contenido mineral. Si bien una mezcla para cactus y suculentas puede servir como base, es recomendable añadirle arena gruesa, perlita o piedra pómez para mejorar el drenaje y simular las condiciones de su hábitat natural.
Temperatura: Prefiere temperaturas cálidas durante el día y frescas durante la noche. No tolera las heladas, por lo que en invierno es importante protegerla del frío. Puede soportar temperaturas de hasta 5°C, pero si baja de esa temperatura, es mejor mantenerla seca y resguardada en el interior.
Fertilización: Fertiliza ligeramente una vez al mes durante el período de crecimiento activo con un fertilizante equilibrado.
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